Técnica de preparación que consiste en freír el alimento, generalmente pescados o mariscos, en un aceite templado en el que previamente se han frito láminas de ajo y guindillas. Con los pescados, se debe agitar de un modo especial el recipiente donde se realiza el guiso para así emulsionar el aceite y mezclarlo con la gelatina que desprende el alimento; el resultado es una salsa más o menos espesa, generalmente de un color verdoso o amarillento, que depende también de la calidad del aceite que se use. Esta técnica se popularizó con el bacalao al pilpil y se aplica, en la actualidad, a todo tipo de alimentos y con una multitud de variantes. Su denominación es de origen onomatopéyico, pues recuerda el sonido que hace el aceite al freír un producto ligeramente acuoso.